La rinitis alérgica es una afección común que afecta a millones de personas en todo el mundo. Se trata de una respuesta exagerada del sistema inmunológico ante sustancias inofensivas como el polvo, el polen o los ácaros. Esta reacción provoca síntomas molestos que pueden interferir en la calidad de vida. A continuación, te explicamos sus causas, síntomas y opciones de tratamiento.
¿Qué causa la rinitis alérgica?
La rinitis alérgica se desencadena cuando el sistema inmunológico reacciona a ciertos alérgenos presentes en el ambiente. Los más frecuentes son:
- Polen de árboles, gramíneas y maleza (rinitis estacional o fiebre del heno).
- Ácaros del polvo, presentes en colchones, alfombras y cortinas.
- Caspa de animales, piel muerta y saliva de perros, gatos y otros animales.
- Moho y hongos, que crecen en ambientes húmedos.
- Otros irritantes como humo del tabaco, contaminación y perfumes fuertes.
Cuando una persona con predisposición entra en contacto con estos alérgenos, su cuerpo libera histamina, una sustancia que provoca los síntomas característicos.
Síntomas de la rinitis alérgica
Los síntomas pueden variar en intensidad y duración, dependiendo del alérgeno y del grado de sensibilidad de cada persona. Los más comunes son:
- Congestión nasal y dificultad para respirar.
- Estornudos frecuentes e incontrolables.
- Picor en la nariz, garganta, ojos y oídos.
- Ojos llorosos y enrojecidos (conjuntivitis alérgica).
- Mucosidad transparente y abundante.
- Dolor de cabeza y sensación de presión en los senos paranasales.
En los casos más graves, puede afectar el descanso nocturno, provocar fatiga e incluso reducir el rendimiento en el trabajo o estudios.
Tratamiento y prevención
Aunque la rinitis alérgica no tiene cura, sí existen múltiples estrategias para controlarla y minimizar sus síntomas.
1. Evitar el contacto con los alérgenos
Es la primera línea de defensa y puede marcar una gran diferencia:
- Mantener las ventanas cerradas en épocas de alta concentración de polen.
- Usar fundas antiácaros en colchones y almohadas.
- Limpiar con frecuencia el polvo y aspirar en lugar de barrer.
- Evitar la exposición a mascotas si se es alérgico a su caspa.
- Controlar la humedad en casa para prevenir el moho.
2. Medicación
Si los síntomas son persistentes, el uso de medicamentos puede ser necesario:
- Antihistamínicos, que reducen los síntomas al bloquear la histamina.
- Corticoides nasales, que alivian la inflamación nasal.
- Descongestionantes, que ayudan a respirar mejor, aunque deben usarse con moderación.
- Inmunoterapia (vacunas para la alergia), indicada en casos graves o cuando la exposición al alérgeno es inevitable.
3. Lavados nasales
El suero fisiológico o agua de mar ayudan a limpiar la mucosa nasal y eliminar alérgenos. Son seguros y pueden usarse a diario.
Conclusión
La rinitis alérgica puede ser molesta, pero con un buen control del entorno y el tratamiento adecuado, es posible llevar una vida normal. Si sospechas que tienes alergia, consulta a tu médico o farmacéutico para encontrar la mejor solución para ti.
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