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Intolerancias alimentarias y alérgenos comunes en primavera

Con la llegada de la primavera, muchas personas comienzan a notar molestias que no siempre son fáciles de identificar. En esta época del año, la naturaleza se activa, y con ella, también lo hacen ciertas reacciones del organismo, tanto en forma de alergias estacionales como de intolerancias alimentarias que pueden confundirse con otros trastornos digestivos o inmunológicos. Desde Farma&cia, queremos ayudarte a distinguir entre estos procesos para que puedas cuidar mejor de tu salud y la de tu familia.

¿Qué son las intolerancias alimentarias?

Las intolerancias alimentarias son reacciones adversas del organismo a ciertos alimentos o componentes de los mismos, sin que exista una respuesta inmunológica, como sí ocurre en las alergias. Esto significa que no se produce una activación del sistema inmunitario, sino una dificultad del cuerpo para digerir o metabolizar determinados compuestos. Las más comunes son la intolerancia a la lactosa, al gluten (no celíaca), a los aditivos alimentarios como sulfitos, y a la fructosa.

Los síntomas más frecuentes incluyen hinchazón abdominal, gases, diarrea, dolor de cabeza, fatiga o incluso alteraciones del estado de ánimo. Aunque no suponen un riesgo vital como puede ocurrir en una alergia, sí pueden afectar de forma significativa a la calidad de vida.

Alergias alimentarias en primavera

Durante la primavera, es habitual prestar atención a las alergias respiratorias provocadas por el polen de árboles y plantas, pero también debemos tener en cuenta las alergias alimentarias, que pueden verse intensificadas en esta estación debido a un fenómeno llamado reactividad cruzada.

La reactividad cruzada ocurre cuando el sistema inmunológico reconoce como similares ciertas proteínas presentes en pólenes y en algunos alimentos. Por ejemplo, personas alérgicas al polen de abedul pueden experimentar síntomas al consumir frutas como la manzana, la pera o la cereza. Lo mismo sucede con el polen de gramíneas y alimentos como el tomate, el melón o el plátano.

Los síntomas de una alergia alimentaria pueden ir desde molestias leves como picor en la boca o inflamación de labios, hasta reacciones más graves como urticaria, dificultad para respirar o anafilaxia. Por eso, es fundamental acudir al especialista ante cualquier sospecha.

¿Cómo diferenciar una alergia de una intolerancia?

Aunque ambas pueden generar síntomas digestivos y malestar, existen diferencias clave:

  • La intolerancia alimentaria no implica al sistema inmunológico y suele depender de la cantidad ingerida. Una pequeña cantidad puede no causar síntomas.
  • La alergia alimentaria es una respuesta inmunológica, y aunque la exposición sea mínima, puede desencadenar una reacción significativa, incluso grave.

En caso de duda, se recomienda realizar pruebas diagnósticas específicas, como test de intolerancia alimentaria, pruebas de alérgenos o análisis de sangre, siempre supervisadas por profesionales sanitarios.

Consejos prácticos para esta primavera

  1. Lleva un diario alimentario si sospechas que algún alimento te sienta mal.
  2. Consulta con tu farmacéutico o tu médico antes de eliminar grupos de alimentos de tu dieta.
  3. Lee detenidamente las etiquetas de los productos, especialmente si tienes antecedentes de alergia o intolerancia.
  4. Mantente informado sobre la concentración de pólenes en tu zona, ya que puede ayudarte a anticipar síntomas cruzados.

En Farma&cia, estamos para ayudarte a interpretar tus síntomas, asesorarte y acompañarte en la búsqueda de soluciones eficaces y seguras. Nuestro objetivo es que disfrutes de la primavera con salud y tranquilidad.

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